- Tecnología académica
Cuando los profesores son estudiantes: invertir el desarrollo profesional
Cuando se trata de aprender, los profesores pueden ser estudiantes difíciles. Entre la investigación, la docencia y la tutoría, no siempre es fácil conseguir que los doctores se apunten sólo para aprender sobre una nueva tecnología universitaria o la próxima iniciativa del campus. Y ese reto puede ser aún mayor para el desarrollo profesional y las sesiones internas sobre temas más amplios como el liderazgo en el campus o las habilidades de comunicación.
Aunque la gestión de los horarios ya es bastante difícil, lo que más preocupa es la experiencia de aprendizaje: una vez que todo el mundo está finalmente a bordo y en la misma sala, ¿cómo puede asegurarse de que los miembros del profesorado aprovechen al máximo su tiempo?
Una nueva respuesta a este reto puede estar en los propios profesores. El profesorado universitario se ha adelantado a la mayoría cuando se trata de simplificar la forma de impartir la información, y muchos de ellos ya han puesto en marcha nuevas herramientas para facilitar el aprendizaje tanto a ellos como a sus alumnos. Al dar la vuelta a sus aulas, los profesores han creado entornos de aprendizaje que dan prioridad al debate y a la participación -aprendizaje social entre iguales- en lugar de a las clases magistrales y a la toma pasiva de apuntes.
Y al hacerlo, también han proporcionado un nuevo modelo al que cualquier persona involucrada en el desarrollo del profesorado debería prestar mucha atención.
Motivar a las personas ocupadas para que aprendan
El aula invertida consigue una experiencia de clase más comprometida al dedicar el tiempo de clase programado al debate, proporcionando información básica por adelantado a través de vídeos pregrabados. De este modo, el alumno tiene la oportunidad de repasar la información a su propio ritmo y repetirla tantas veces como considere necesario. Adelantar la conferencia al tiempo de clase libera al profesor para aplicar más estrategias de aprendizaje activo en el aula, y permite a los estudiantes conectar más profunda y personalmente con el tema en cuestión.
Puede que la clase invertida haya sido diseñada para los estudiantes, pero su aplicación tiene un valor real para cualquier experiencia de aprendizaje. Y para un profesor universitario ocupado, ¿qué podría ser mejor que la libertad de seguir el contenido de aprendizaje en su propio horario, y luego utilizar las sesiones de PD programadas para considerar y discutir lo que han aprendido en mayor profundidad?
Ya sea que la conferencia pregrabada proporcione todo el contenido de desarrollo o sólo una parte, seguir el modelo de aprendizaje invertido puede ayudar a los profesores a llegar a las sesiones preparados y listos para discutir lo que han aprendido. El aula invertida libera a los alumnos más avanzados de tener que asistir a una conferencia que, para ellos, es repetitiva, al tiempo que pone al día a los alumnos más nuevos. De este modo, todos llegan a la formación presencial en igualdad de condiciones.
La responsabilidad garantiza que todos respeten el tiempo de los demás
Para aquellos participantes que necesiten un estímulo adicional para completar el trabajo previo a la sesión, el software de clase invertida adecuado puede ayudar a los formadores a establecer la responsabilidad de sus participantes. Los elementos interactivos, como los cuestionarios, pueden ayudar a comprobar la comprensión, mientras que un aviso de envío de preguntas puede ayudar al formador a calibrar qué personas están totalmente preparadas para la sesión presencial y recordar a los que puedan estar atrasados.
El haber completado los materiales preliminares con anticipación también ofrece a los participantes la opción de enviar preguntas, comentarios y retroalimentación, lo que permite al capacitador evaluar el conocimiento de la audiencia y personalizar la capacitación en persona.
Si se comprenden bien los conceptos básicos y se da tiempo a que las ideas se impregnen, el segmento presencial del desarrollo profesional puede aprovecharse al máximo. Sabiendo que todos han visto el contenido preliminar, los formadores pueden dirigirse a un público más amplio sin preocuparse de aburrir a algunos alumnos y abrumar a otros. Pueden responder a las preguntas y optimizar su presentación.
Al trasladar los aspectos básicos a la sesión previa, tanto los formadores como los participantes se aseguran de que se respete el tiempo de todos y de que la formación sea lo más informativa y relevante posible.
Un estudiante comprometido aprende mejor, sobre todo cuando es profesor.
Una vez en el aula, haber cambiado la sesión significa que el tiempo de desarrollo profesional en persona se puede usar de varias maneras, desde una inmersión más profunda en el contenido hasta la discusión y el debate en grupos pequeños.
Los miembros del profesorado altamente comprometidos, que se han sentido cómodos con el contenido, pueden ahora profundizar en los matices, ayudándose unos a otros para aprender mejor. A su vez, este proceso de aprendizaje entre iguales aumenta la comprensión y la retención de todos los participantes. Los facilitadores, por su parte, pueden servir de guías de los contenidos, impulsando nuevos debates con preguntas más avanzadas y ofreciendo aclaraciones a los grupos o individuos que puedan quedarse atascados en un concepto.
Construir una cultura de campus con aprendizaje social
Cuando los participantes se relacionan entre sí en una sesión de desarrollo profesional, se libera el poder cerebral colectivo de su profesorado. Los participantes pasan de ser receptores pasivos de información a convertirse en generadores activos de nuevos conocimientos.
Una presentación rápida al final de la jornada puede servir para captar parte de esa energía y compartirla con los compañeros de todo el campus. También en este caso, el vídeo puede amplificar el efecto de esta estrategia de aprendizaje social . Con nada más que el smartphone en la mano, los grupos pequeños pueden grabar sus pensamientos en vídeo y presentarlos al grupo, o capturar sus resúmenes clave y compartirlos para que otros los revisen más tarde.
Combinando la habilidad de un formador con un sistema de gestión de contenidos de vídeo en el que se pueden realizar búsquedas, los mejores conocimientos generados en su sesión de DP pueden perdurar para siempre, dando forma a la cultura del campus mucho después de que haya pasado el día.
Ya lo hacen. Ahora lo esperan.
Mientras que un formador en el entorno corporativo podría esperar tener problemas con un público que carece de experiencia en el uso de un sistema de gestión de contenidos de vídeo, en esta área, los académicos están muy por delante de sus homólogos corporativos. Una cuarta parte de todos los profesores ya han volteado al menos algún elemento de sus clases, e incluso aquellos profesores que no han volteado han explorado al menos un MOOC o han grabado una de sus clases. En muchos casos, la misma plataforma de vídeo utilizada por los profesores para dar la vuelta a sus aulas y hacer que el contenido de las conferencias esté disponible a la carta será la misma herramienta que usted puede utilizar para dar la vuelta a sus experiencias de aprendizaje también.
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