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No necesitas más innovación. Necesitas imitación.

En 2011, un equipo de científicos cognitivos de la Universidad de Indiana realizó una serie de experimentos de resolución de problemas. El objetivo de su investigación era evaluar la forma más eficiente que tienen las personas de superar problemas complejos.

Lo que descubrieron desafiaría la forma en que muchas empresas piensan en la innovación. En concreto, las personas que se limitaron a observar e imitar a otras fueron capaces de resolver problemas con mayor eficacia que las que intentaron innovar individualmente. El coautor del estudio, Thomas Wisdom, explicó que "los imitadores suelen introducir sus propias mejoras en la solución original, y éstas pueden, a su vez, ser adoptadas y mejoradas por el originador y otros". En otras palabras, los que esperaban una epifanía creativa eran superados una y otra vez por los que tenían medios para observar, imitar y mejorar.

La investigación sugiere que las organizaciones que buscan la mejora continua y la innovación deben hacerlo fomentando un entorno de aprendizaje social. En una empresa en la que cualquier empleado puede observar e imitar fácilmente a los que le rodean, la empresa mejora su capacidad para resolver problemas de forma iterativa, mejorar progresivamente sus productos y procesos y diferenciarse de la competencia.  

Por supuesto, en la mayoría de las organizaciones, el aprendizaje social ya se produce en cierta medida de forma orgánica. Un nuevo empleado de primera línea sigue de cerca a un colega, imita su comportamiento y, con el tiempo, encuentra la manera de agilizar el servicio. Un analista de negocios comparte una hoja de cálculo de Excel con un colega que la mejora escribiendo una breve macro. Un representante de cuentas realiza mejoras incrementales en un discurso de ventas existente, lo que resulta en una mayor conversión de clientes potenciales.

Para los ejecutivos y los equipos de desarrollo de los empleados, la cuestión es entonces cómo facilitar un entorno en el que el aprendizaje social pueda proliferar fácilmente.

El software social para empresas y los beneficios no aprovechados del vídeo

Desde hace más de una década, las organizaciones recurren a la tecnología para facilitar el intercambio social de conocimientos . En 2001, Microsoft lanzó SharePoint, un producto que se convertiría en el portal más utilizado para compartir información empresarial. Más recientemente, el software social empresarial, como Slack, Yammer y Chatter, han tratado de convertirse en el "Facebook" del intercambio de información corporativa.

La promesa de estas aplicaciones de facilitar la colaboración y la productividad de los empleados ha impulsado el auge de la categoría. El año pasado, las empresas gastaron 4.770 millones de dólares en software social empresarial, una cifra que Markets and Markets Research espera que casi se duplique en 2019.

Sin embargo, a pesar de todas sus promesas, hasta el 80% de los esfuerzos de las empresas sociales no alcanzan los objetivos previstos, según Gartner Research. En muchas organizaciones, los empleados simplemente no utilizan el software. ¿Por qué? Los analistas citan la falta de liderazgo y de formación de los empleados como dos de los principales culpables.

Estas razones, sin embargo, pasan por alto lo que podría ser un problema aún más fundamental del software social empresarial tradicional. Las aplicaciones sociales para empresas no facilitan realmente el tipo de imitación que los investigadores de la Universidad de Indiana consideraron tan importante para la resolución de problemas y la innovación. La oportunidad de observar e imitar que se obtiene al seguir de cerca a un colega más experimentado, al asistir a reuniones de tutoría o al ver una presentación de "bolsa marrón", simplemente no puede reproducirse en un feed social basado en texto.

Sólo puede reproducirse utilizando un medio que fue construido para capturar y reproducir la actividad humana: el vídeo.

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Por supuesto, el vídeo ya se utiliza de forma generalizada precisamente para este propósito en los programas de formación formal de las empresas. Los equipos de aprendizaje y desarrollo (L&D) graban habitualmente formación específica para el puesto de trabajo, cursos de comunicación y habilidades sociales, y vídeos de incorporación de nuevos empleados a para que los empleados puedan verlos a la carta.

En cambio, el vídeo no se ha utilizado históricamente para que los empleados graben y compartan sus conocimientos entre sí de manera informal. ¿Por qué? Capturar, producir y compartir vídeo ha sido tradicionalmente un proceso complejo que requería el uso de hardware audiovisual especializado y un equipo de videógrafos, editores y productores.  

Sin embargo, en los últimos cinco años, dos avances tecnológicos han derribado estas barreras de adopción y han convertido el vídeo en la tecnología ideal para crear un programa de aprendizaje social.

  1. En primer lugar, los avances en el hardware de vídeo de consumo, como las cámaras de los teléfonos inteligentes y las cámaras web, han hecho posible que cualquiera pueda capturar vídeo de calidad cinematográfica desde su escritorio, en la oficina o sobre el terreno.
  2. En segundo lugar, una nueva categoría de software empresarial está haciendo posible que las organizaciones creen un centro de búsqueda de vídeos de aprendizaje social construido con el propósito explícito de observar, imitar y mejorar. La categoría de software se denomina "enterprise video platforms."

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